Poesía

De cómo el lobo y el zorro fueron a cazar acompañando al león

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Un león, un lobo y un zorro fueron juntos a cazar en las montañas para conseguir muchas presas para los tres. Aunque el fiero león se avergonzaba de los otros, les honró y acompañó por el camino. Para semejante rey, la escolta de soldados es una molestia, pero fue con ellos: un grupo unido es un regalo (de Dios). Las estrellas deshonran a una Luna así: está entre ellas por generosidad.

            Al Profeta le llegó la orden Consúltales, aunque ningún consejo puede compararse con el suyo. En la balanza, la cebada acompaña al oro, pero no porque sean la misma sustancia. El espíritu se ha convertido ahora en el compañero de viaje del cuerpo: por un tiempo, el perro es el guardián de la puerta de palacio

El testamento del rey

Un rey veía que se le acababa la vida y que no tenía sucesor. Ordenó en su testamento que el primero que cruzara por la mañana las puertas de la ciudad fuera coronado y le fuese entregado el reino. Sucedió que el primero que entró fue un mendigo que había comido mal durante toda su vida y siempre se había vestido con andrajos. Los dignatarios del reino y los cortesanos se dispusieron a cumplir el testamento del rey y le hicieron entrega de las llaves de los alcázares y de los tesoros. Tras un tiempo de reinado, algunos emires del reino se le sublevaron y varios reyes de la zona le declararon la guerra y prepararon un ejército para atacarle. Finalmente, incluso sus súbditos y sus tropas unieron esfuerzos y le arrebataron parte de sus dominios...

De cómo los esclavos, compañeros de Luqman le acusaron de haber comido la fruta que era para su amo

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Luqman era despreciable a los ojos de su amo por su apariencia física. El amo solía enviar a los esclavos al jardín para que le trajeran fruta. Luqman era considerado por los demás como un parásito pues estaba lleno de ideas y su piel era oscura como la noche.

Sobre Salomón

Salomón, a pesar de su perfecta sabiduría, hizo humildemente un día esta pregunta a una hormiga coja: "Habla -le dijo—, tú que estás más impregnada que yo de las doctrinas espirituales; ¿cuál es la arcilla que se mezcla mejor al pesar?" La hormiga coja le dio enseguida esta respuesta: "Es -le dijo-, el último ladrillo de la estrecha tumba; pues, en efecto, el último ladrillo que colocarán en tierra pondrá fin a todas las esperanzas, incluso a las más inocentes"...

Sermón

La luna

-susurro de la noche-

moneda en el universo

baña tus silentes alas,

quimeras que cabalgan la brisa

que veleidosa y tornadiza

a veces te adosa a la impiedad.

 

Tus labios velados,

indiferentes

al suplicio de la gente

no quieren gastar palabras,

no quieren rezar...

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