Poesía Libre

Cinema

En un mundo donde las empresas de comunicación alcanzan con sus redes los lugares más recónditos del planeta, éstas cada vez más se convierten en importantes herramientas del imperialismo, en los tentáculos demoníacos que manosean las voluntades de las masas. De este modo, hoy en día aparecen en las noticias verdaderos cócteles de mentiras en contra del Islam y los musulmanes...

Agua

No enlodemos el agua. Imagina que muy cerca una paloma está bebiendo de ella, o en una distante arboleda un pinchón está lavando sus alas en ella, o en alguna aldea llenan una jarra.

No enlodemos el agua. Tal vez fluyendo el agua corre hasta los pies de un álamo y apacigua a alguien el dolor de su corazón. Un derviche, quizás, ha humedecido su manto en ella. Una joven permanece en sus orillas...el agua duplica su belleza.

No enlodemos el agua. ¡Qué deliciosa es esta agua! ¡Qué refrescante su corriente!

Aquella gente que vive río arriba, ¡qué afortunados son! ¡Sus primaveras pueden ser siempre frescas, sus vacas siempre fértiles!

No he visto sus aldeas, pero seguramente los pies de Dios están sobre sus suelos que se están trillando y la luna allí ilumina la anchura de sus palabras...

Cuento 4

Un rey persa envió a un médico diestro al servicio de Muhammad, Dios le bendiga a él y a su familia. Permaneció un año en tierra árabe sin que nadie le hiciese ninguna consulta ni le pidiese curación ni remedio. Fue al profeta, sobre él sea la paz, y se quejó diciéndole que había sido enviado para curar a los señores y que nadie había acudido a él en todo ese tiempo para ser de alguna utilidad. El enviado de Dios, sobre él sea la paz, respondió: «Los miembros de este pueblo tienen la costumbre de no comer nada hasta que tienen hambre y dejar de comer cuando aún tienen un poco de hambre». El médico dijo: «Por eso están así de sanos». Besó el suelo y se marchó...

Opinión de un schaikh a sus discípulos

El enamorado de Tus, este océano de los secretos espirituales, decía un día a uno de sus discípulos: "Fúndete sin cesar a causa del amor, hasta que seas tan delgado como un cabello. Cuando estés tan delgado como un cabello, te convendrá estar colocado en medio de los cabellos de tu amiga. En efecto, cualquiera que sea delgado como un cabello a su vista se volverá, sin duda, un cabello en su cabellera. Si tienes los ojos vueltos hacia la vía espiritual y eres clarividente, contempla también esta vía en detalle"...

El sufí y el rico

Un sufí iba apresuradamente a Bagdad, cuando en medio del camino oyó una voz que decía: "Tengo mucha piel que venderé a muy buen precio si hay alguien para comprarla". El sufí le dijo: "Buen hombre, ¿quieres darme un poco de ella por nada?" "Aléjate -respondió su interlocutor- estás loco sin duda, ¡oh ávido! ¿Es que se da alguna vez algo por nada?"

Entonces una voz interior dijo al sufí: "Avanza, da un paso más allá del lugar en que estás y te daré gratis toda la felicidad posible y todo lo que desees. La misericordia divina es un sol brillante que penetra los más pequeños átomos. Ve su misericordia, que es tal que ha reprendido a un profeta a propósito de un infiel".

Una banda salvaje y sagrada

Tu aliento es un reloj sagrado, querido

¿Por qué no usarlo para seguirle el ritmo al Nombre de Dios?

Y si tus pies alguna vez se mueven

Sobre este antiguo tambor, la tierra,

Oh, no dejes que tus preciosos movimientos

Se vuelvan nada.

Deja que tus pasos bailen silenciosamente

¡Al ritmo del Nombre del Amado!

Mis dedos y mis manos

Nunca se mueven en un espacio vacío,

Ya que hay Por todas partes invisibles cuerdas de laúd doradas,

Enviando Acordes Resplandecientes

A través del Universo.

Escucho la voz

De cada criatura y planta,

De cada mundo, sol y galaxia-

¡Cantando el Nombre del Amado! 

He despertado para encontrar el violín y el chelo,...

Otra anécdota sobre Mahmud y Ayaz

Cuentan que un día Farukh y Masud asistían a una revista del ejército de Mahmud. Había en el campo innumerables elefantes y tropas. El rey estaba subido en un promontorio. Ayaz y Hasan acompañaban a Mliamud y pasaban con él la revista del ejército. Los elefantes y los soldados hacían la superficie del mundo semejante a un camino interceptado por hormigas y saltamontes. El ojo del mundo no había visto nunca semejante ejército y nadie antes había contemplado nunca tal reunión. Ahora bien, el rey deslió su lengua y habló a Ayaz en estos términos: "Hijo mío, esta gran cantidad de elefantes y de hombres es mía y así todo esto te pertenece, ya que te amo al punto de considerarte como mi rey". Aunque el célebre Mahmud pronunció estas palabras, Ayaz se quedó completamente indiferente e impasible. No dio las gracias al rey en este instante y ni siquiera hizo ninguna reflexión. Hasan, admirado le dijo: " ¡Un rey te hace tanto honor a ti, simple esclavo, y te quedas así, inmóvil y despreocupado; no te  inclinas, no te prosternas en testimonio de tu abnegación! ¿Por qué no actúas con el conveniente respeto? No es reconocer como debes las bondades del rey"...

El enamorado que pierde a su amante

Un hombre de elevadas miras y posesor de perfección, se enamoró de una hermosa persona. Ahora bien, aquella a quien había abandonado su corazón se quedó delgada y amarilla como un tallo de azafrán. El luminoso día se volvió oscuro para su corazón, la muerte llegó desde lejos y se aproximó a ella. Anunciaron esta noticia a su amante; él acudió con un puñal en la mano y diciendo: "Yo quiero matar en el acto a mi amante a fin de que esta mujer, parecida a una admirable pintura, no muera de muerte natural". Le dijeron: "Eres un insensato; ¿qué motivos tienes pues para querer matarla? No viertas sangre, retira la mano de este asesinato pues ella va a morir. ¿De qué sirve matar a una persona que se muere? Sólo un loco le corta la cabeza a un muerto". -"Si mi amiga perece por mi mano, me harán perecer por la ley del talión. Entonces el día de la resurrección, yo arderé por ella como la vela delante de los humanos reunidos. Seré ajusticiado a causa de mi pasión por esta muchacha y mañana también seré quemado por su causa. Tal es mi situación aquí y allá. Mi suerte es de ser o quemado o matado por esta dama."...

Rubaiyat

Autor: 

Oh tú, la que en todo el universo escogí como objeto

predilecto de mi corazón; tú, más querida que el alma que me

anima y que los ojos que me dan la luz: nada existe más

precioso que la vida, y tú me pareces cien veces más preciosa, que

ella.

Sólo tristeza y desdicha nos ha producido este mundo, que

por un instante nos sirve de asilo.

Ningún problema de la creación nos ha sido explicado, y nos

iremos con el corazón lleno de disgusto por nuestra ignorancia.

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