Dulce hallazgo
Dulces palabras escucho,
algo en mi interior recuerda.
Si estas frases son para mí,
permite que formen parte del corazón.
Dulces palabras escucho,
algo en mi interior recuerda.
Si estas frases son para mí,
permite que formen parte del corazón.
¡Qué no ofrecería mi alma por (volver con las vírgenes) blancas y risueñas, que al besar la columna y la piedra conmigo jugaban!
Es el perfume quien te guía, al perderte tras de ellas.
Nunca se cerró para mí la noche, pues como bajo el brillo de la luna llena me hace marchar su recuerdo
Viajando junto a sus cabalgaduras, la noche se me hace (clara) como el sol al alba.
Con amor cortejo una de ellas: ¡una belleza en el género humano sin par!
(Tanto, que) al descubrir su rostro te muestra la grandeza de un sol naciente que en su brillo no cesa.
Vestido en mi sangre, camino:
las cenizas me llevan y me guían las ruinas.
Hombres, olas que rompen, diluvio de
lenguas: a cada frase un rey
y cada boca es una tribu.
Solo, camina
delante de su tiempo,
camina....
Soy Yusuf, padre.
Mis hermanos no me quieren,
no me desean entre ellos, padre.
Me agreden, me lanzan piedras e insultos.
Quieren que muera para hacerme un panegírico.
Me han cerrado la puerta de tu casa,
me han echado del campo,
han envenenado mis uvas
y han destrozado mis juguetes...
Cada día
camino sobre las hojas secas.
Cada día
hablo con el lenguaje de la hierba
y entiendo los sentimientos de los árboles.
Cada día
construyo una esperanza con los colores del espectro
y un pueblo de flores...
Cada día
guardo en él la montura del mar.
La policía dice: no hay mares...
Para nuestra patria,
Próxima a la palabra divina,
Un techo de nubes.
Para nuestra patria,
Lejana de las cualidades del nombre,
Un mapa de ausencia.
Para nuestra patria,
Pequeña cual grano de sésamo,
Un horizonte celeste...
Cuando era un niño
yo abrí mi propio cielo
y tejí mi propio parasol del sueño
yo fui la niña de los ojos de dos mujeres,
mi madre y la otra que nunca conocí.
Leía los periódicos
sin saber que sus noticias serían
algún día memorias
Cambié un jardín propio
por un mar de altura,
una jaula cerrada
por un cielo abierto,
mis dos ojos
por una estrella lejana,
y por tu amor
¿qué puedo darte yo por tu amor?
no tengo nada que valga tanto.
Cuando se montó el pabellón de Salomón, las aves fueron a rendirle pleitesía. Se encontraron con que hablaba su lengua y los conocía; uno por uno, con el alma anhelante, pasaron ante él. Todos, habiendo dejado de gorjear, se pusieron a hablar con más claridad que tu propio hermano. Conversar con el propio idioma es un parentesco y una afinidad: el hombre que está con aquellos a los que no puede confiarse se encuentra encadenado. Muchos indios y turcos hablan el mismo idioma y muchos turcos son extraños entre sí. Por ello es muy distinta la lengua del entendimiento mutuo: es mejor tener el mismo corazón que el mismo idioma. Sin lenguaje ni signos surgen cien mil intérpretes en el corazón.
Estados Unidos
de Norteamérica
sos tan falso
como un sionista
abrazando a un palestino.