Gaza
La mañana deleznable
tatuada de fragores
era coliseo;
una mañana
aguda y ácida,
tristemente venenosa.
Las bombas de fósforo...
La mañana deleznable
tatuada de fragores
era coliseo;
una mañana
aguda y ácida,
tristemente venenosa.
Las bombas de fósforo...
Un rey de Jorasán vio en sueños al sultán Mahmud Sabokta-kin. Su cuerpo estaba
despedazado y convertido en polvo, salvo sus ojos, que giraban y giraban en sus cuencas
mirando a su alrededor. Todos los sabios juntos no pudieron interpretar su sueño, salvo
un derviche, que tras presentar sus respetos dijo: «Aún se estremece porque su reino a
otros pertenece».
Dormí con la ciudad
en el comienzo de las ramas,
en el inicio de las heridas.
Estaba sobre mi lecho,
más agitada que un navío en alta mar, ...
Cuando Alejandro moría en su expedición en favor de la religión, Aristóteles le dijo: — ¡Oh monarca de la fe! durante toda tu vida no has cesado de dar instrucciones imperiosas; pero hoy, tú mismo eres una advertencia para el mundo". ¡Oh corazón mío!, recibe esta advertencia en medio de este torbellino de desgracia. Permanece atento y vigilante, pues la muerte te persigue. Te he hecho oír el lenguaje de los pájaros y todos sus discursos. A ti te toca comprender, ¡oh ignorante! Los pájaros están en el número de los amantes cuando se vuelan de su jaula antes de la muerte. Cada uno de ellos se ha explicado y enunciado diferentemente, pues cada uno tiene una manera particular de expresarse. Antes que al Simorg ha encontrado la piedra filosofal, aquel que ha comprendido el lenguaje de todos estos pájaros.
¿Cómo conocerás la felicidad de los espiritualistas en medio de la sabiduría de los griegos?...
No querría, no querría
huir de mi laberinto,
del laberinto de los míos,
de mis compañeros
donde supuran los mosquitos de la corrupción
mientras mis compañeros se resignan a la muerte
día a día,
la muerte que se extiende a lo largo de la vida
como la eternidad.
No querría, no querría contar
mi laberinto,
yo que soy libre, libre
entre tres muros
y el cuarto es una galería que se extiende
como la eternidad...
Entonces el califa volvióse hacia ella y le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Ella dijo: "Me llamo Simpatía". Él le dijo: "¡Oh Simpatía! ¿Estás versada en ciertos conocimientos y puedes enumerarme las diversas ramas del saber que has cultivado?"
Ella le contestó: "¡Oh señor! estudié la sintaxis, la poesía, el derecho civil y el derecho general; la música, la astronomía, la geometría, la aritmética, la jurisprudencia desde el punto de vista de las sucesiones, y el arte de descifrar las escrituras mágicas y las inscripciones antiguas. Me sé de memoria el Libro Sublime y puedo leerle de siete maneras distintas; conozco exactamente el número de sus capítulos, de sus versículos, de sus divisiones, de sus diferentes partes y sus combinaciones, y cuantas líneas, palabras, letras consonantes y vocales encierra: recuerdo con precisión qué capítulos se inspiraron y escribieron en la Meca y cuáles otros se dictaron en Medina;...
En un oscuro y estrecho callejón de Bagdad, un hombre baja corriendo despavorido unas escaleras de piedra. El hombre, presa del terror, entra repentinamente en una casa mientras exclama:
— ¡Maestro! ¡Maestro! Ahora… ¡tiene que salvarme, señor!
— ¡Hakim! -exclama el viejo mercader, que, sorprendido, deja a un lado sus anotaciones-. -¿Qué ocurre? ¿Qué te pasa?
—Debe ayudarme, señor, ¡por favor! ¡Présteme su caballo…! ¡Abandonaré Bagdad galopando y escaparé de mi destino!
El viejo acerca una silla al hombre y le dice:
— ¡Cálmate, Hakim! Anda, siéntate y descansa, déjame servirte un vaso de agua…
Sé que la voz de la depresión
Todavía te llama.
Sé que esos hábitos que pueden arruinar tu vida
Te siguen enviando invitaciones.
Pero ahora estás con el Amigo
Y te ves mucho más fuerte.
Puedes permanecer así
¡E incluso florecer!...
Si venís a buscar me estaré más allá de la tierra nada.
Más allá de la tierra nada hay un lugar.
Más allá de la tierra nada las venas del aire están llenas de villanos mensajeros que nos traen noticias de una flor recién abierta en el arbusto del extremo confín de la tierra.
En la arena hay dibujos de cascos de caballos, de sutiles jinetes que al alba se dirigieron hacia las alturas ebrias de la asunción de la amapola.
Más allá de esa tierra nada, el guardasol de deseo permanece abierto: y cuando la brisa de la sed corre por el fondo de una hoja se oyen las campanas de la lluvia...
Un rey injusto le preguntó a un asceta: «¿Cuál es la mejor obra?». Contestó: «Para ti dormir la siesta, pues así dejarías a la gente en paz durante un rato».
Vi a un tirano por el sueño vencido
y me dije: «Este déspota mejor si está dormido».
El que es más bueno dormido que despierto
para mortificar a los demás, mejor sí está muerto.
Así como cualquier hombre puede
escalar
Una montaña alta
Y en un día claro
Desde allí ver en muchas millas a su
alrededor,
Hafiz puede pararse sobre un pico
sagrado
Dentro de su corazón
Y ver por cientos de años
En todas direcciones....
¡Oh rueda del destino!: la destrucción procede de tu odio implacable. La tiranía es para ti un acto predilecto, que cometes desde el comienzo de los siglos. Y tú también ¡oh tierra!, si lográsemos explorar en tu seno, cuántos tesoros inapreciables encontraríamos en ti... El correr de mi existencia se agotará en pocos días. Pasará como el viento del desierto. Así, mientras me quede un soplo de vida, habrá dos días que no me inquietarán jamás: aquel que no ha llegado; aquel que ya pasó. Este rubí precioso procede de una mina aparte. Nuestras diferentes conclusiones sobre esta materia son erróneas, porque el enigma del verdadero amor se explica en un lenguaje aparte.
En este mundo, donde cada soplo que respiramos nos
trae una nueva tristeza, es mejor no respirar jamás un
instante sin una copa de vino en la mano.
Cuando el soplo de la aurora se haga sentir, levántate y, una y
otra vez, vacía la copa, porque por largo tiempo la aurora respirará
cuando nosotros no respiremos más.
Cadáveres anónimos
Ningún olvido los reúne,
Ningún recuerdo los separa...
Olvidados en la hierba invernal
Sobre la vía pública,
Entre dos largos relatos de bravura
Y sufrimiento.
“¡Yo soy la víctima!”. “¡No, yo soy la única víctima!”. Ellos no replicaron:
“Una víctima no mata a otra.
Y en esta historia hay un asesino
Y una víctima”. Eran niños,...
Todo aquello con lo que le alimentaron
contenía la palabra Amor.
Toda sustancia que ingería
contenía la palabra Amistad.
Toda línea azul que en su rostro dibujaron
era magia viva que lo salvaría del mal de ojo.